23 de julio de 2012

Capítulo LIV

En 1976 sale un libro editado por Planeta titulado «Los últimos 476 días de Franco»,” autor Vicente Pozuelo Escudero ultimo medico de cabecera de Franco.

Marino Gómez Santos
Para este libro que realmente lo escribe Marino Gómez Santos que hizo de negro literario, aunque hacia libros firmados por él también trabajaba para estos seudoescritores. 
Marino era un cliente habitual y me encargó las fotografías para reproducir en color ocho cuadros pintados por Franco para las ilustraciones de la obra, Franco pintó durante algún tiempo imitando a Hitler o Churchill. Comentando el encargo con los amigos llenos de curiosidad querían acompañarme. Sustituyo a mis ayudantes por dos para que pasasen por ellos. Uno era un periodista y escritor especializado en diseño, Juan Ignacio Macuá y el otro un gran amigo Martín Bartolomé, museólogo y crítico de arte hispano-argentino.  

Doña Carmen “Señora de Meirás” vivía en nº 8 de Hermanos Bécquer, Lo primero que percibí es que no tenían el más mínimo aprecio por la obra pictórica del Caudillo, nos trajeron los cuadros quizás de un desván porque estaban sucios y desvencijados, pedimos elementos de limpieza y martillo para apretar las cuñas y ponerlos en el mejor estado posible. Nos atendía un valet  con chaleco a rayas , nos trajo una caja de herramienta con un martillo plateado con el nombre de un barco y la fecha de botadura. El salón estaba abarrotado de objetos, tuvimos que hacer sitio para poder colocar la cámara y los flashes. Las pinturas eran bodegones y paisajes, unas eran muy naíf y otras de mejor factura donde se notaba la mano de Sotomayor que le daba clases, el académico y  director del Museo del Prado el que dijo  de González Robles “Hay un individuo, un tal Luis González, que está estropeando el arte español”. 
En la repisa de la chimenea donde colgaba un retrato del dictador realizado por Benedito apoyamos las pinturas para las tomas sobresaliendo sobre ellas la cabeza de Franco y el amigo Macuá decía: con que mala leche nos mira y Martín me comentaba que le recordaba el día que por su trabajo en Buenos Aires vio la momia de Eva Perón con chamuscados y goterones de ceras por las velas que ponían alrededor de la muerta. 
De una habitación contigua se oían unos rezos y curioseamos, era una pequeña capilla donde un cura jovencito decía misa solo para doña Carmen, terminado el oficio atravesó el curilla el salón y después ella y paso junto a nosotros sin mirarnos ni decir palabra como si fuéramos unos objetos inanimados. 
Cuando volvía de laboratorio de revelados con las fotos me encontré con César Pérez de Tudela, el montañero, nos conocíamos por lo que yo sabía que era un radical ultraderecha. Le dije César voy a darte una alegría, mira lo que llevo y le enseño las fotos de Franco, se emociona y dice todas las maravillas posibles sobre el dictador, el mejor hijo que había parido madre...Una de las pinturas de las naif representaba a Franco montado a caballo con un fondo de montañas nevadas y César inmediatamente las identificó, que era Gredos y dijo los nombres de los picos que se veían para seguir diciendo otros muchos elogios, para él de tan incomparable personaje. 


 Tiempo después me dijo Marino que el doctor Pozuelo le comento que estaba muy disgustado porque el Rey había dado una recepción a escritores y el no había sido invitado, pensaba si sería el motivo por la relación que mantuvo con Franco. Me comenta Marino, ya se cree escritor por un libro que le escribí yo, ahora estará pensando por que no le hacen académico de Legua

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