1 de junio de 2010

Capítulo II

La Diligencia





Catalina Contero Muñoz había ido a ver a su prima Catalina Muñoz Manzano, con la que estaba muy unida y quería mucho, estaba en cama ,acababa de parir una niña. Era el 8 de diciembre de 1904 , 50 aniversario de la declaración del dogma de fe de la Inmaculada Concepción .
--Catalina hija, es una niña preciosa y yo voy a ser su madrina como quedamos.,

La madrina conmigo, El padrino

--Claro prima, he tenido un parto difícil y no me encuentro bien, ve a ver al cura de Santa María y arregla tu los papeles, porque mi marido Curro, ya tu le conoces, cuando no está en el matadero está por ahí comprando ganado o en la taberna con sus amigos gitanos haciendo tratos. El otro día me trajo a casa al tío Alvarito, el de los galgos, que dicen que se ponen a cagar cuando aparece la liebre, también vino con Tomas que a andao por ahí catando y que a ganao mucho dinero y al barbero Caro con la guitarra y otros gitanos del matadero y estuvieron hasta por la mañana se rompieron la camisa se emborracharon y lloraron, y yo con la barriga arrimándoles chorizo y morcilla, que tu sabes que Curro las haces muy buenas y queso de cabra, muy rico, que compro a tu compadre,
La bautizaron y le pusieron de nombre Manuela. Catalina y Jesús Salguero su marido fueron los padrinos. La Contero no tenían hijos, y a la recién nacida la recogen provisionalmente mientras la prima recupera la salud, comenzaba el 1905. Cuando mi abuela se repone ya tenía dos hijas, mi madre la tercera y otro venia de camino, lo provisional se convierte en definitivo y se cría con los padrinos como una hija. Mi madre me contó que su madre era buena y cariñosa y todos los días iba a verla, pero pensaba que su prima Catalina, que no tenía hijos, se había encariñado con la ahijada y teniendo una buena posición económica le daría lo que ella no podía. Les llamaba padrino y madrina.



Mi madre
Fotografía de mi padre ¿1929?
 
Mi madre había cumplido ya los10 años - Manolita, niña date prisa que a las 8 sale la diligencia, ¿has cogido tu guardapolvo? -
Soledad la mujer que servía en la casa se despedía de ellos y les decía:
- Catalina porque no se lleva usted sabanas, ¿no le da cosa de acostarse en las que le ponen en la fonda, que sabe Dios?.
Hecho sus lagrimitas, pues no iban a ver a la niña en unos pocos días que es lo que iban a estar en Jerez y en Cádiz, donde padrino tenía que arreglar unos papeles en el registro,.
Cuando llegaron a la Casa de Postas, ya estaban en el patio enganchado el tiro de caballos. Se enfundaron en los guardapolvos, batas que cubría desde el cuello hasta los tobillos para protegerse del polvo del camino y con la ayuda del zagal cargaron las maletas de cuero de becerro vuelto protegidas con forros de la misma tela caqui de los guardapolvos.
Tomaron sus asientos de primera, pues había clases, al mayoral en el alto pescante le acompañaban los de tercera. Al coche, de altas ruedas, se entraba por una portezuela trasera con estribo de tres peldaños. El carruaje tenía dos asientos laterales para 10 plazas, bajo la supervisión del cochero los viajeros se acomodaban con las rodillas enfrentadas
El restallar del látigo y el sonido de las herraduras y las ruedas sobre los guijarros del pavimento anunciaba que había empezado el viaje con las voces de arreos del mayoral y el zagal cabalgando en uno de los caballos delanteros. El camino estaba bordeados de eucaliptos para dar sombra en los tórridos veranos, por la ventana laterales se veían los cortijos sembrados de trigos que empezaban a cambiar el color verde por el dorado y pronto se llenarían de segadores portugueses. Por la ventanilla trasera se veían las nubes de polvo que entraba por las laterales, abiertas por el calor y que iban impregnando a los viajeros
A mitad camino unas tres leguas, pues hasta Jerez había aproximadamente seis, se detuvo el carruaje en la Casa de Postas, aunque antes había hecho una breve parada en el cortijo de Jedula donde se bajaron dos viajeros y subió uno, ladraron unos perros y los viajeros se bajaron del vehículo mientras cambiaban los caballos, parecían que habían salido de un molino de harina, uno miraba a los otros sin mediar palabras como si con él no fuera lo del polverío. Madrina cogió la talega con las letras SC bordada en punto de cruz y abriendo el lazo de cinta de algodón que la cerraba saco un poco de chorizo y queso de cabra, una telera, la botella de agua ,otra de vino del país y unas servilletas de hilo bordadas con la mismas iniciales. Comieron, aunque la niña no probó bocado se había mareado de tantos vaivenes y vapuleos del coche. Después de tres horas llegan a Jerez con parada en el fielato, -oficinas de las poblaciones en la cual se pagaban los derechos de consumo y que la gente llamaban caseta del consumo y al personal que las atendían consumistas-. El viaje acaba en la Casa de Correos antigua de Postas donde se bajan los viajeros y empiezan a sacudirse el polvo quitándose los guardapolvos. En la cochera esperaban unos mozos de cuerda la llegada del carruaje, padrino llama a uno para que le lleve la maleta a la Fonda del Comercio ya conocida de ellos, muy limpia con un personal muy atento. Por la tarde madrina y Manolita fueron a compra telas para los vestidos del verano mientras padrino hacia unos recados. Al día siguiente temprano cogieron el tren a Cádiz pero se bajarían en El Puerto de Santa María para hacer el resto del trayecto en el vapor que de allí partía para Cádiz, por la niña que le iba a gustar el paseo, La navegación fue corta, duro poco tiempo gracias a Dios, pues la mar estaba movida y empezaban a marearse.
En Cádiz para moverse por la ciudad alquilaron un coche de caballos, al no conocer bien sus calles esto le facilitaba sus movimientos por la capital, no como en Jerez que lo conocían mejor y lo hacían andando, El coche tirado por un solo caballo era un milord, que en Madrid les llamaban Simón, por el nombre de el empresario que tenía una gran flota de estos coches de alquiler . Entre otras cosas dejaron apalabrados un piso cerca de los Baños del Real en la Playa de la Caleta, donde Catalina y su hermana Teresa con Jesús y la niña pasarían unos días a partir del 16 de julio día de la Virgen del Carmen que se abrían los baños de mar, que tomaba las hermanas por prescripción facultativa. Con la ayuda de los bañeros se metían en el agua. hombres con unas cuerdas que amarraban a la bañistas para que no se la llevaran las olas. No desaprovechaban los veranos porque después marchaban a Granada para desde allí en coche de alquiler ir a Lanjarón para tomar las aguas mineromedicinales y después a los baños termales de Alhama de Granada para el reuma de los padrinos.
Para desplazarse de Arcos a Jerez en los primeros años del siglo XX en general se hacía en diligencia, con paradas en “Casas de Postas” donde cambiaban los caballos por otros de refrescos y el cochero tenía que cumplir con las obligaciones postales lo que principalmente le estaba encomendado.
El correo de postas reglado habían sido creado en España en 1518 (por Cédula Real de 28 de agosto por orden de la reina doña Juana y su hijo Carlos I) las cuales siempre fueron protegidas por el Gobierno Real y que se extendieron rápidamente por la geografía peninsular para conectar la mayoría de las ciudades del reino. España fue la primera del mundo que organizo los “Servicios Postales”. Ya en tiempos de los Reyes Católicos y en Francia con Luis XI existía estos servicios pero sin ningún control oficial .
En el año 1930 se fundan “Los Amarillos” en Los Palacios, autobuses que llevan mujeres a las fábricas de aceitunas de Dos Hermanas, Esta empresa pionera por esta zona fue evolucionando para en poco tiempo cubrir parte de las provincias de Cádiz y Sevilla. El tren ya existía desde el año 1854 de Jerez al puerto del Trocadero en Puerto Real, para poder transportar las botas de vino rumbo a Reino Unido, fue el tercer ferrocarril que se instalaba en España. La automoción fue dejando obsoleta estas Casas de Postas, estructura que había resultado tan eficaz y enriquecedora durante cinco siglos en España que por haber perdido vigencia quedarían en desuso, han caído en el olvido y no se valora su trascendencia