16 de noviembre de 2010

Capítulo XIII



En la posguerra había mucha escasez de alimentos, escasez es un decir algo, no había nada, solo hambre. Junto a casa de Arcos estaba una plaza de abastos y cuando llegaban a las descargas estos chicos, mis amigos, se lanzaban sobre ella y se llevaban cuanto podían para comer perseguidos por los transportistas. El boniato o batata (con humor andaluz le llamaban salva vidas) y el higo chumbo eran los principales alimentos, este tenía cualidades astringentes, así que había colas en el hospital para que le pusieran “la jeringuilla de San Juan de Dios”, era una lavativa con el nombre del hospital, que como dice un villancico de Arcos “que allí están las monjas de la caridad, que curan de balde y no cuesta na.” No había pan de trigo, se encontraba algo de centeno, de arroz que era muy blanco, de maíz amarillo o de alpiste que era negro, tiempos de hambres de colores y miserias terribles La gente comía lo que podían. El garrapatero un ave que así le llaman a la garcilla bueyera o espulga bueyes se podían cazar de una pedrada certera y se lo comían, creo que es de carne incomestible, “todo lo que no mata engorda" o "todo lo que  vuela a la cazuela’.




Maguey pulquero y nopales en Teotihuacan, al fondo la pirámide del Sol
Fotografía del autor

Los pocos alimentos que había eran pocos y se adquirían con una cartilla de racionamiento, salvoconducto del hambre. El azúcar, el aceite, el bacalao, el tocino y los garbanzos se exponían en los colmados como piezas de museo. El escritor y periodista Rafael Torres en “Víctimas de la victoria”, escribía sobre el racionamiento,




«favoreció» el estraperlo. Las cartillas deberían haber asegurado el abastecimiento de lo más imprescindible; sin embargo, no fue así. Gracias a ellas, surgió un mercado negro controlado por grandes jerarcas afectos al régimen y por ese tipo de delincuentes que nacen y se enriquecen al rebufo de la miseria general».




Con mi padre en un coche alquilado iba a un cortijo famoso de ganadero y agricultor enriquecido cerca de Jerez para traerlo lleno de aceite para el año. Estos grandes terratenientes vendían esto con la mayor impunidad mientras unas pobres mujeres iban en tren con pequeñas cantidades de alimentos que tiraban por las ventanillas antes de llegar a la estación donde era recogido por gente que aguardaban, porque a la llegada las esperaba para ser requisadas y detenidas





                                        La planta en ensalada y en el mercado

De México procede y donde se cultiva la chumbera con el nombre de nopal y el fruto tuna, en mi estancia en aquel país he comido tanto sus hojas tiernas como su fruto, Las hojas jóvenes son de color verde intenso y se pueden consumir crudas; saben a espárragos frescos y judías verde también se cocinan de varias maneras y se saca de ellas bebidas refrescantes. Yo doy fe, están muy ricas. Pero estas propiedades no se conocía en España de ser un magnifico alimento. En Arcos eran muy abundantes ya que servía para marcar los límites de las diferentes propiedades agrícolas. El nopal, es uno de los símbolos nacionales de México, figura en su escudo nacional posada en el un águila real que devora la serpiente enraizada en una pequeña isla de piedra sobre el agua. Es fuente de alimentación y en su folklore “El águila siendo animal se retrato en el dinero y para subir al nopal pidió permiso primero” o “me he de comer esa tuna aunque me espine en la mano”


 México-Tenóchtitlan .En náhuatl: 'Lugar de pencas de nopal'
Monumeto a la fundación de la ciudad
Fotografia del autor