16 de agosto de 2012

Capítulo LVI


Jesse Fernández

Las momias de Palermo
De la galería Ynguanzo me llaman para que fotografiara la obra de un artista que iba exponer, se llamaba Jesse Fernández. Yo sabía que había un fotógrafo con ese nombre de fama mundial sobre todo un magnifico retratista que conocía su obra a través de publicaciones, pensé será una coincidencia y además siendo fotógrafo para que recurrir a mí.

Llegue a su casa y me llamo la atención la  decoración muy austera unas mesas de madera y sillas  de estilo popular, cajones de embalajes que formaban  librerías o aparadores y algunas herramientas antiguas, ya en desuso que de las paredes colgaban. Estaban en la casa solo él y su mujer.
Persona viajera por todo el mundo casi siempre vivía en New York, es posible que la casa estuviera de esta decoración, de muy buen gusto, por lo provisional. No había ninguna fotografía a la vista, pensé  que no sería el fotógrafo y solo seria coincidencia  de nombre. 
caja-collage

Lo que tenía que fotografiar era unos objetos, sus cajas-collages, Jesse acompañaba estas cajas con una especie de "fe de vida" donde explicitaba los referentes literarios, filosóficos y científicos de esta parte de su producción artística. con escrituras con apariencia antigua sobre pergaminos  o algo parecido. Los objetos eran bellísimos, yo quede encantado con ellos, era indiscutiblemente las obras de un buen artista. El me pasaba los objetos que yo colocaba e iluminaba y no hizo ninguna observación por lo que todavía me dejaba mas extrañado ni siquiera me pregunto o hablo de algo que tuviera que ver con fotografía. Yo entonces era muy discreto (no ahora que con la edad soy un bocaza).

Jesse Fernández (La Habana,1925 -Paris 1986),60 años poca edad para morir tan gran artista de padres españoles. Incansable viajero, frecuentó los círculos artísticos -en especial los de pintores y escritores- de muy diversos países. Fue fotógrafo de Life, Esquirre, Paris-Match y Revolución. Ha retratado al pintor: Bacon, Lam, Hockney, Kitaj, Palazuelo, Calder. Chillida, Dalí, Sam Francis, Marcel Duchamp.... O del escritor: Lezama Lima, Cabrera Infante. Hemingway, García Márquez, Borges con madre, Cioran, Bergamín. Max Aub... O del hombre de cine: Buñuel, Buster Keaton, Néstor Almendros. Marlene Dietrich.. y el músico: Edgard Varese entre otros muchos.

caja-collage
Pintor y fotógrafo, Jesse Fernández empezó a hacer fotografías para alcanzar un cierto grado de independencia que le permitiese pintar sin traba alguna. Decía: "En nuestro tiempo, la gente se ha vuelto drogadicta de la imagen"


Gillermo Cabrera Infante intimo amigo de Jesse escribe esta historia

"Había entrevistado yo y Jesse fotografiado al hoy olvidado Helmut Kautner, entonces en su media hora de fama y cuando caminando por Central Park tuve un ataque incoercible de orina retenida: en dos palabras, me meaba. Iba a buscar un urinario público en el parque cuando Jesse sugirió que era más fácil entrar a un hotel y preguntar por los baños, lavatories o toilets. Estaba preguntando a un recepcionista dispéptico cuando oí los disparos. Fueron dos. Pronto hubo gente corriendo a través del lobby hacia uno de los pasillos y corrimos tras ellos para llegar a la barbería. Allí, tumbado en el suelo, había un hombre evidentemente muerto. La barbería apenas había sido tocada, los asesinos obviamente expertos. Alrededor del cadáver estaban varios barberos, vivos pero muertos de miedo. Durante un momento tuvimos vía libre, la escena despejada, los curiosos del hotel reculando ante la muerte súbita. Jesse tomó fotos a los testigos tardíos y a algunos de los barberos: sabían quién era el muerto. El asesinado era un muerto grande, Albert Anastasia, y estuvimos a punto de presenciar su asesinato: los baños quedaban frente a la barbería.
Pero de la Leica de Fernández no sólo surgen retratos. En 1980 se edita un libro que recoge su serie Las momias de Palermo, un conjunto de fotografias fascinantes y esperpénticas, fruto de un humor sarcástico y una mirada, al menos, original.
Paul Casals - Willem de Kooning - Marcel Duchamp
En ese tiempo en Cuba conocí a los diversos Jesses: el ojo incansable que lo ve todo, la máquina que atrapa cada instante en una foto para hacerlo eterno, un hombre apocado y audaz, un individuo vulnerable que detrás de la cámara se convertía en un héroe que no conocía el miedo, capaz de ser un mártir que nos mira, un americano de atuendo que conocía dónde estaba lo cubano (su presencia, su esencia), un dandi delicado que nos influyó a todos con su disfraz diario: camisas azules de obrero que trabaja, pantalones de caqui curtido, zapatos de cuero virado y un cigarrillo Player entre los labios siempre. Había otro aspecto singular de Jesse que era inquietante: era capaz de llevar al viaje que hicimos por todo el territorio cubano tomando fotos para A Cuba con amor (cuando creíamos en el espejismo que fue sólo una ilusión óptica) cargando un inusitado volumen de las poesías completas de Rimbaud ¡en su francés original!, que leía cada noche del viaje al fin de la isla, en su cuarto de hotel, solo. Jesse era un hombre culto oculto. Lo que no podían ser sus imitadores del patio. Jesse se escapó de Cuba mediante un subterfugio que fue su refugio: regresó a Nueva York casi de incógnito. No nos volvimos a ver hasta el viaje que hice de Londres a Hollywood en 1970. A mi regreso me detuve en Nueva York para encontrarme un Jesse dejado de la mano de la suerte: sin dientes, viviendo en un cuarto lleno de gatos y fotos viejas cubriendo las pobres paredes. Lo había perdido todo menos su ojo y su Leica. Con ella me hizo un retrato como si estuviéramos en 1957: un memorable retrato neoyorquino en que yo aparecía petulante y confiado. En el triunfo o en la derrota Jesse era un retratista consumado, no un artista consumido. No hay más que ver ahora sus obras maestras en en las paredes"


José Lezama Lima - Jorge-Luis Borges - Susan Sontag
"Fotografiar es dibujar con luz, o sea, en lugar de una pluma usas otro instrumento, la cámara fotográfica" 
 "Mas allá de la técnica, lo importante es la persona que está atrás del instrumento, siempre esa mirada será distinta, aunque ya lo haya visto miles antes. Aunque nos cueste aceptarlo somos únicos, irrepetibles,  originales,está en cada uno de nosotros descubrir quienes somos, revelarnos"          Jesse Fernández